Sobre mí

Cuando era pequeña descubrí que tenía un super-poder: coser. Que mis manos eran capaces de transformar una tela en cosas maravillosas.

Una inesperada trombosis hizo que me despidieran de mi último “trabajo asalariado”. Y algo tan malo me puso en el camino de algo extraordinario.

No soy la única de la familia con este super-poder; mi madre siempre está con su vieja máquina y de ella aprendí mucho.

Siempre tiene cajas llenas de cintas, puntillas… y cómo no, botones, cientos de botones de colores. Y de aquí surge el nombre de mi marca, como homenaje a una gran mujer.

Este proyecto es un homenaje a mi madre, a su máquina, a las noches sin dormir que pasó para coserme disfraces para el cole y a sus cajas llenas de botones de colores.